miércoles, 27 de agosto de 2008

Causa y efecto


Según las leyes universales de causa y efecto, recordando el libro hermético y místico de Hermes trismegisto, me remueve el ser interno que se bate en las olas de la confusión.


Las divinidades conspiran para que se cumpla el plan supremo, es indescriptiblemente cierto que todo tiene un porqué, un sentido y una lumbre en el horizonte nebuloso.


Lo que es arriba es abajo, lo que es blanco es negro, todo tiene su contraparte, un macrocosmo y un microcosmo...en fin, las leyes de los pares de opuestos y de los binarismos.


Así, me he topado con una reminiscencia del ayer, que apareció de improviso a mi vida para cerrar un ciclo, para sanar una herida, para volver la vista al pasado y sanar, sanar...fluir. Esto me ha devuelto a los mares de la consciencia, del yo enajenado de su yo, y estos detalles bellos se van repitiendo como estrellas en el universo, como luces en nuestra memoria visual.


Los destellos de un planeta muerto que aun vemos y sentimos, en fin.


Causa y efecto, dos corrientes certeras de flujo y reflujo de la existencia en si misma, del universo arquitectónico y magnífico, de la divinidad en su portentosa hidalguía, así es como fluimos en estas aguas latentes de vida, sabia y fervorosa, en la que aprendemos a vivir.