Y si vacilamos cada vez que nace la idea
Y si no fuésemos a destino
Y si la mirada no fue maquinal
Y si el inconsciente nos juega malas pasadas
Cavilaciones trasnochadas
Insomnio y un cigarrillo automutilado
Los relojes susurran los acordes
Segundo a segundo
Como si no hubiese instante que maniobrar
Como si el quicio de la puerta no cerrase
Como si cada nervio se encontrada en vilo
Y nos mueven coordenadas inexactas
Y nos cercenan el delirio inmanente
Como concierto para sordos
Sinfonía elucubrada con bemoles errados
Gotera cayendo en cada neurona
Como péndulo inmisericorde
Como solaz de agónico mártir
Indeleble como la tinta del recuerdo
Cada vez que nace un concepto
Que nos graba a fuego
La letra, la idea, el verso
Que se libera del alma atribulada
Por los demonios del averno….
Atena Rodó